viernes, 28 de octubre de 2005

A LA CAZA DE LA COPE



Sabía que el coñazo del Estatut catalán (todavía en estado de feto) iba a traer cola. Si es que no hay manera de que abras un periódico, escuches una emisora o eches una visual a la tele y no te topes de narices con noticias, declaraciones, acusaciones y cositas sobre el mismo. (Menos un grupo social: los actores, músicos y titiriteros varios, tan proclives a meterse en la vida política cuando no corren riesgo alguno y tan pusilánimes o cobardes a decir una palabra cuando el bolsillo o el careto pueden sufrir algún contratiempo).


Estoy viendo venir que el tema éste del Estatuto va a ser un pretexto para numerosos ajustes de cuentas entre las diversas mafias políticas, económicas y mediáticas de este puñetero país (ojo, no por culpa de sus gentes más corrientes y molientes sino de sus clases dirigentes y lumpen proletariado que las apoya, a quienes habría que enviar en viaje turístico al espacio…pero sólo con billete de ida). Las cosas que se están diciendo unos y otros serán dignas de estudio por los psiquiatras del futuro. Si aquí hubiera cierta decencia y a rajatabla se aplicaran las leyes al personal que vive y mamonea de la política, (unos desde la tribuna y otros desde el apoyo cerril) ya nos habríamos quedado sin la mitad del personal, unos por regreso a las escuelas para educarse de nuevo, otros por ingreso en un psiquiátrico para una cura mental y otros muchos por entrada en una celda de castigo para copiar un millón de veces “los ciudadanos no son imbéciles, YO soy el imbécil”.


Uno de esos ajustes de cuentas ya se está pergeñando: van a la caza y captura de la COPE, esa cadena de emisoras cuya titularidad corre a cargo de los obispos españoles y que –al parecer- se ha convertido en un nido de delincuentes dado que algunas de sus más conspicuas estrellas radiofónicas andan cañoneando día sí y otro también al famoso Estatut y a los políticos que lo han parido. Y es que cuando alguien levanta la voz en contra de quienes dirigen y mangonean, ya sabe que –por mucha democracia y mucha leche que se pregone- las represalias pueden ser terribles.


Ciertamente que Jiménez Losantos (el principal cabecilla) es un lenguaraz que a menudo se pasa tres pueblos y medio. No suelo escuchar ni la COPE ni la SER (la emisora antípoda), pero algunos días en que me levanto medio dormido, me enchufo sólo cinco minutos a don Federico y el sueño se aleja raudamente. No falla la medicina. Ahora bien, de ahí a querer quitarle los micrófonos o cerrar la emisora, va un trecho. El mismo que separa lo que es la libertad de expresión de la omertá siciliana (o catalana). Si alguien considera que delinque, que acuda a los tribunales, aunque viendo y oyendo lo que hacen y dicen muchos políticos de este país, no sé yo a quienes habría que enchironar primero. Pero claro, los que mandan no sólo tienen bula sino que –además- pretenden hacer callar a quienes les molestan. Y resulta que siempre les molestan los mismos. Hace ya bastantes años, cuando Losantos y toda la trouppe que le acompaña trabajaban en Antena 3 radio-televisión y tenían un gran éxito de audiencia (como ahora), otra camada política de cuerda similar a la de ahora, recurrió a estratagemas económicas fraudulentas para apropiarse de la cadena y echar al díscolo grupo. Años más tarde, la justicia dictaminó la ilegalidad de aquel proceder, pero es incapaz de hacer cumplir su propia sentencia, tal poderío tienen quienes la llevaron a cabo.


Ahora, con el pretexto del debate sobre el Estatut catalán, vuelven a las andadas, pero con una diferencia: los obispos españoles serán como sean, pero no venden por un plato de lentejas su cadena de emisoras. De modo que sólo quedan dos caminos para eliminar a los disidentes: o hacer que a los curas les traiga cuenta echarlos, o acusarles de practicar la “catalanofobia” (¿?), atentar contra el “honor y la integridad” de las personas, o abusar felonamente de la libertad de expresión. Por esta vía anda ya el Consejo Audiovisual de Cataluña, un ente de ficción cuyos hilos mueven los jerifaltes que gobiernan aquella bella comunidad.


Claro que también se pueden utilizar métodos menos ortodoxos para eliminar a Losantos y cía. Se empieza por una llamada chistosa anunciando que se ha puesto un petardo en la emisora y se acaba con un asesinato. Losantos ya sabe como se las gastan los que le tienen en el punto de mira, no en balde ya sufrió un hecho violento cuando vivía en Barcelona hace la tira de años.


De modo que aunque uno no comulgue con este personaje y sus camaradas (aunque reconozca que en algunas ocasiones dice las verdades del barquero, esas que escuecen y provocan urticaria en quien las recibe), mucho me temo que a la hora de estar con la libertad de expresión o con el silencio de los muertos, el Puñetas lo tiene muy claro. Y es que si en esta historia hay algunos a los que habría que cerrar el pico y darles una pala para que trabajen en otra cosa y dejen de fastidiar, es a aquellos politicastros que se creen que todo el monte es orégano, que ellos son la razón personificada y que los demás somos simples súbditos que ni sabemos ni entendemos. Lo peor de todo es que encima se ponen la bandera alrededor de la barriga para afirmar con un morro de cemento armado que toda crítica hacia su persona y su gestión en realidad lo es hacia su patria o religión. Con este vil proceder, estos tipos sí que calumnian y agraden a la más importante de las leyes: el sentido común. Verbigracia, el descacharrante Carod de ERC que pide a la Generalitat “alguna acción judicial para parar el odio étnico contra Cataluña y contra la democracia”. Cría cuervos y te sacarán los ojos. No con el arma de la palabra, como hace el Losantos y Cía, sino con el arsenal del Boletín oficial, la policía y el poder económico y judicial. Tiene bemoles la pachanga de estos demócratas de pacotilla, que se creen que España o Cataluña son suyas o que ellos SON España o Cataluña.

martes, 25 de octubre de 2005

ELE LA GRASIA Y OLÉ, IÑAKI

Leo en la prensa que desde mediados de septiembre la televisión autónoma vasca emite un anuncio de esos que las cadenas hacen para darse autobombo, satisfacer el ego de los gobernantes y directivos y –de paso- informar de algo. En este caso, la nueva programación de otoño que, como suele suceder en todas las teleles, es la misma basura que el resto del año, pero sin hojas por aquello de la climatología.


En el anuncio de marras el protagonista, con acento andaluz, cuenta su vida y viene a decir lo siguiente: "Nací soso, pero soso, soso, maldita sea mi estampa, ¡un andaluz soso! (...) Salí a buscar la gracia por todo el mundo, pero ná. (...) Hasta que un día recalé en Euskadi, eso sí fue un golpe de suerte".


Al parecer, con "acento grotesco y exagerado", el supuesto ciudadano andaluz confiesa que nació "soso" y que tal circunstancia, que "se supone sin duda como adversa", era "un 'masaso' tan grande 'pa' un 'andalú'", que lo probó "tó", le hizo "resá a la Macarena" y salir al mundo en busca de la "grasia", hasta que un día recaló en el "paraíso" de Euskadi y halló "la sal de la vida". Hasta aquí lo que cuenta la prensa.


Como los gobernantes de Andalucía no se enteran de nada desde que tienen a sus patrones gobernando el yate desde Madrid, ha tenido que ser el Partido Popular quien denuncie el asunto al considerar que "no es de recibo que una televisión pública se promocione a costa de ridiculizar a los nacidos en otra comunidad autónoma”.


Yo creo que el PP se equivoca radicalmente de planteamiento porque el anuncio de la ETB está más apegado a la realidad de lo que parece y ridiculiza menos de lo que algunos creen. Ciertamente que los creativos de la telele vasca demuestran que siguen anclados en todos los topicazos del mundo, dentro de los cuales un andaluz tiene que ser un tío analfabeto, chistoso y con la sonrisa de oreja a oreja. Eso les pasa porque –como buenos nacionalistas- están tan encerrados en su idílico mundo que hace ni te cuento el tiempo que no se dan un garbeo por el resto del planeta. Todavía no se han enterao que por el Sur la gracia y el salero se acabaron con la muerte de Franco, aunque todavía en muchos medios de comunicación continúen los topicazos de antaño. Miren si no a la flora y fauna de los políticos andaluces (empezando por el presidente Chaves y acabando por las ministras zapateriles de Fomento y Cultura) y verán que ellos y ellas son más sosos que un burro rebuznando.


Pero frente a este error conceptual de los creativos de la tierra de Sabino Arana y el comandante Arzallus, es completamente cierto que ahora la gracia, el no aburrimiento, la sal de la vida y el chachi piruli se encuentran en el País Vasco a manos llenas. Y es que la vida allí resulta de lo más divertida. Un suponé: llegas de turista hoy mismo, día 25 de octubre, y te encuentras que si llegas a pasar a una hora determinada por unos lugares también determinados, hubieras volado por los aires gracias a los tres artefactos que ETA ha explotado cerca de varios juzgados a lo largo de la geografía vasca. ¡Eso sí que es divertido y gracioso, no el aburrimiento y sosería que se da en Castilla la Mancha, Aragón o la mismísima Andalucía!


Tan divertida y excitante es la vida en la comunidad autónoma donde emite la ETB, que al menos un tercio de la población se parte de risa viendo que en cualquier momento un comentario político mal expresado, un apoyo poco claro o una pequeña protesta ante cualquier abuso de los que allí gobiernan ininterrumpidamente desde hace 30 años, les puede costar muy caro, incluso con la vida. No veas lo diver que es que todos los días no sepas si vas a volver a casa por la noche, entero o a trocitos. A muchos les ha pasado.


Oír todos los topicazos y cantinelas que el poder omnisciente vasco (desde el más beatífico al más belicoso) suelta todos los días como si fuesen perlas de un rosario irrefutable hace soltar las carcajadas más ostentosas a cualquier cerebrito venido del exterior, de otro planeta, aunque se encuentre tan sólo a unos kilómetros conforme se sale de la comunidad autónoma vasca en dirección al sur, este u oeste.


Así que, por mi parte, felicito enormemente a la ETB no por su ingenio sino por sus altísimas dotes de realidad y apego al terreno: hay que ir al País Vasco para olvidar la sosería y encontrarse con las ganas de vivir, el cachondeo y la gracia más racial. Yo es que, en cuanto pueda, cojo el petate y emigro para aquellas santas tierras.


Noticia de última hora: Leo, cuando voy a subir a la red este comentario, que la ETB “acaba de retirar el anuncio de promoción del País Vasco que ridiculizaba a los andaluces”. Para una vez que aciertan, van y la fastidian. No somos nadie.

viernes, 21 de octubre de 2005

YO ES QUE ALUCINO

Cuando se trata de política, el Puñetas es que alucina. Con todos. Se digan de derechas (pocos), de centro (algunos) o de izquierdas (muchos). Es un espectáculo tan obsceno el que muestran los unos y los otros (y hablo de los políticos de una democracia, qué no será el de los dictadores y genocidas) que a veces se cree uno que tanta guarrería no puede alcanzarse sino a fuerza de mucho entrenamiento y mucha mala leche. Veamos algún popurrí de los últimos tiempos para que no se diga que escribo de oídas.


El mamoncete del Sadam Husein ha vuelto a la actualidad con el inicio del juicio contra su persona. El tipejo (al que han debido tratar en la cárcel a cuerpo de rey) se mostró desafiante, no quiso responder a las preguntas del tribunal y dijo en plan gallito que “el presidente aquí soy yo” y que “el juicio es injusto”. Tiene bemoles la cosa. Quizás algún juez debió perderle bastante el respeto y espetarle que ahora es el último mono de Irak y que se dé por satisfecho con tener un juicio, cosa que negó a los más de dos millones de seres a los que envió a la muerte y a la guerra para que salvasen su culo. Todavía recuerdo las últimas palabras de este cobarde cuando animaba a la población a defender a Irak frente a la invasión yanqui, al tiempo que corría que se las pelaba para esconderse en una madriguera. ¿Se puede tener la caradura más dura?


Sin irnos de Irak, donde sigue muriendo gente a punta pala, nos encontramos con que algún juez español al que le gusta la política más que a un tonto los chupachús, ha decidido ordenar la caza y captura de los militares estadounidenses implicados en la muerte del cámara de televisión José Couso durante la primera parte de la guerra iraquí (ahora estamos en la segunda, antesala de la tercera). Alucino, vecino. Es que veo a estos militarotes, agazapados como conejos en su tanque, tras recorrer medio Irak, entrando en Bagdad y tras ver un reflejo en un piso de un edificio cercano, empezar a discutir si aquello es la cámara de un periodista o la punta de un arma enemiga, si aquel edificio está ocupado por la prensa o por seguidores de Sadam o –por si acaso y en la duda- si llaman al comandante y que les cuente de qué va la cosa y si pueden disparar o deben huir. ¿Si usted estuviese en el pellejo acojonado de estos tipos, qué hubiera hecho? Pues lo que hicieron, ante la imprudencia o la mala suerte de Couso: primero disparar y después preguntar. La guerra, dentro de la guerra, es así y no como nos la cuentan las películas o quienes van a ellas a echarse unas crónicas. Triste lógica que no entienden los pacifistas de salón. De modo que acusar a estos militares de homicidio rozaría lo esperpéntico sino fuese porque por en medio hay un pobre periodista muerto. El juez que anda en estos fregados tan poco lúcidos, mejor haría en emplearse a fondo saliendo a nuestras calles y dándose un garbeo por ellas en vez de perder el tiempo en cosas que no van a ninguna parte.


Otros ejemplillos alucinantes. Es curiosa la manera tan diferente de tratar al personal según corren los tiempos. Mientras que a Santiago Carrillo, antiguo secretario general del Partido Comunista de España, se le hacen homenajes donde asisten las fuerzas vivas del país y hace unas horas se le nombra doctor honoris causa de una Universidad española que no tiene otras cosas más importantes a las que dedicarse que perder tiempo y dinero en este revival, a un señor llamado Echevarría –cuñado del presidente del club de fútbol Barcelona- lo quieren echar a los leones porque nos ha salido franquista y “Laporta no puede tener en el club a una persona que tiene un busto de Franco en su casa” (La bella Rahola, dixit). O sea, a un camarada que tiene las manos manchadas de sangre por haber participado en la Guerra Civil española (como la tuvieron todos los que en uno y otro bando ocuparon puestos políticos y militares clave), le suben a los altares académicos haciendo tabla rasa de su pasado, incluida su ideología y los cadáveres políticos que creó en su propio partido, simplemente porque “desempeñó un papel magnífico en la Transición” (Fernández de la Vega, ha dicho). Y en cambio a un señor que, se sepa, no ha cometido ningún delito, ni ha machacado a nadie sino que simplemente admira a un dictador muerto hace ya la friolera de 30 años (lo que demuestra que el Echevarría tiene un nivel de inteligencia cercano a cero), se le quiere mandar a galeras y con él al presidente Laporta, quien lo nombró como responsable de Seguridad o para llevarle el café al despacho, que da lo mismo. Alucino de nuevo, vecino. Y, oiga, todo el mundo está por la faena: afición, directiva, prensa… El facha a la calle y, por algunos, a la cárcel. Así que el Puñetas flipa con todo esto: cuanto mamoneo, cuánta pérdida del equilibrio y del sentido común. Así nos luce el pelo, en Irak, en la Autónoma o en el Barça. Alucinante.

martes, 18 de octubre de 2005

EL PAYASO CUBANO

En la reciente cumbre de países hispanoamericanos celebrada en Salamanca y convocada por el adalid de las civilizaciones, el señorito Zapatero de la amplia y hueca sonrisa, estuvo ausente al final ese prohombre divino llamado Fidel Castro. Don Zapa se quedó con las ganas de ver en persona a uno de sus ídolos de la infancia y de su actual adolescencia. ¡Mala pata, hombre!

Yo también he de confesar mi enorme admiración por Castro. No sé qué tendrá este tipo que todo le sale bien. Le salió de diez la aventura de la revolución (en los tiempos de Maria Castaña) cuando otros, como el Ché, no pudieron decir lo mismo. Lleva más de 40 años siendo el capataz del cortijo cubano y no ha habido nadie hasta el presente que le haya puesto la mano encima. Tan bordes que son los americanos para estas cosas, teniéndolo a tiro de piedra, y todavía no le han montado ninguna guerra del Caribe, con lo baratita que les saldría. Se le murió de cáncer la mamá soviética y este hijo putativo aún continúa más fresco que una lechuga. Muchos años de boicot americano al país pero el tío sigue más tieso que una vela. Ni el Papa polaco consiguió barrerlo del mapa, y encima se murió antes. Y por si fuera poco, el dictador más antiguo del planeta –el muy capullo- tiene una salud de hierro que a este paso le llevará a centenario. ¿No es para envidiarle? Encima los progres de medio mundo le adoran a la chita callando, le mandan autobuses de segunda mano, ayuditas dinerarias, ordenadores, medicinas... y así lleva el mamoncete sobreviviendo y sobrematando la tira de años. ¡Joder, este sacamantecas es incombustible! Será ateo, pero todos los dioses del universo le protegen. Se morirá tranquilamente en la cama, ya lo verás. Su pueblo pasa hambre y vive míseramente. No pasa ná. Que medio país vive exiliado, no pasa ná. Que de vez en cuando fusila para matar el gusanillo de los viejos tiempos revolusionarios... no pasa ná. Más chulo que el punteras, todavía hoy se permite el lujo de ladrar. Recuerdo que hace un par de años promulgó una ley que decía: “Cuba prohíbe que la isla regrese al capitalismo”. El tío pretende seguir gobernando después de muerto. Y no veas el piquito de oro que tiene.


Le preguntas por la hora que es y empieza con el bla, bla, bla hasta que dan las doce en el reloj del campanario. Le preguntas a continuación que cómo va esa salud de hormigón y el tío nuevamente bla, bla, bla. Te vas a tu casa a dormir la mona y al día siguiente, cuando regresas, todavía anda el hombre amarrado a la dura perorata: BLA, BLA, BAL, BAAL, VAL, LAV, BAAL, BALA…. sigue balando el muy pesao.

Así que, en un interludio, aprovechando que el tío se pega un lingotazo de ron, antes de que continúe de nuevo el rollo contra el imperialismo norteamericano y otras coñas marineras, le sueltas como el que no quiere la cosa… -Se te ha caído la gorra, macho. Palabras mágicas. Don Fidelito comienza a buscar semejante indumentaria de su personalidad por todo el auditorio (la calle, vamos) y deja de hablar como un descosido. Momento que debes aprovechar para ir al retrete de un bar cercano. Más desde allí, dentro de la letrina, pronto vuelves a escuchar la voz de este pelmazo (debió encontrar la gorra bien pronto): -El Parlamento va a aprobar un proyecto mío, de mi propia cosecha, una reforma constitucional que dé categoría de irrevocable al socialismo y al sistema político social revolucionario actual que con tanto trabajo y hambre he conseguido. Nos hemos manifestado nueve millones de cubanitos (me he gastao un dineral en bocadillos, pero se da por bien empleado). Se han recogido más de ocho millones de firmas y tras tres días de reunión parlamentaria hemos decidido (o sea, he decidido) que jamás, nunca más, ni per sécula seculorum ni pa ti ni pa mi, vuelva jamás el capitalismo. A partir de ahorita tendremos un socialismo intocable, irrevocable, impertérrito, indeformable, irreversible e impepinable… Pues menudo soy yo pa estas cosas. Y que sepan mis cubanitos revolusionarios que aunque yo me muera, estaré vigilando desde el más allá el cumplimiento de esta nueva ley, porque a mi no me la pega cualquier mindundi capitalista aprovechando que me descompongo corporalmente en un nicho caribeño. A mí la historia me absolverá y por tanto mi alma y mi mente seguirán rigiendo esta islita hasta que resuciten los muertos y vuelva de nuevo en cuerpo y caqui a este país donde todos tenéis ganado el cielo por tanto amor y tanto oído como me demostráis… (Y a continuación soltará un escupitajo y añadirá…) Podéis iros en paz, almas de Castro.

Y yo que sólo le había preguntao por su salud... Desde luego, la patria de los cubanos es el mismísimo Cielo, porque se lo han ganado (los que huyeron y los que se quedaron en la isla) aguantando las parrafadas eternas de este payaso disfrazado de soldado llamado Fidelito Castro, alias “el Coñazo”.

viernes, 14 de octubre de 2005

CARTAS AL DIRECTOR

Tengo debilidad por las “Cartas al director” que publican los periódicos y revistas. Es la primera sección que leo y con más atención que el resto. Muestran normalmente un acercamiento a la realidad muy superior al que manifiestan los políticos o los periodistas en las otras páginas. Quizás por eso sólo ponen un par de ellas en cada edición, con cuentagotas, aunque seguro que podrían llenar al menos una página. Tienen miedo de que el lector inteligente descubra el pastel.


Del último fin de semana he seleccionado las cuatro cartas siguientes, que de manera sencilla y directa reflejan el podrido mundo de las empresas de telecomunicaciones, el deporte, la justicia así como el ninguneo que se hace al ama de casa. Un pequeño botón de muestra de la verdadera realidad que viven los ciudadanos de a pie expresada de manera sencilla y clarita como el agua.


“El distribuidor (de Amena) imprime el contrato y le sale como dirección mía “apartat de correus” Terrassa y “provincia” Málaga. Le digo que con estos datos no lo firmo, dice que habrá sido un fallo informático, pero que llama y se arregla. Al ponerse él en contacto con Amena, le explica lo ocurrido, que acaba de activar un contrato y que han salido mal algunos datos en el impreso, a lo que Amena contesta que no se admite ningún contrato con la dirección en apartado de correos. No firmo el contrato por lo que me quedo sin el móvil. (…) Pero para quedarme tranquilo, llamo al servicio de atención al cliente, cuento que quiero hacer una queja por lo sucedido y que por favor me facilite la dirección de la empresa para mandar una carta. Se niegan a dármela y me dicen que tengo que enviar un fax”.


En vez de gastarse Amena un dineral en gilipollescas campañas publicitarias, mejor haría en obligar a todo su personal (desde el presidente de la compañía hasta la última mona que se pone al teléfono de desatención al cliente) a copiar mil veces el lema: “El cliente no es un pelagatos ni un imbécil”.


“En España ya sabemos que la envidia es el deporte nacional. Y como yo soy española, siento envidia (de la insana) de aquellos que perciben sumas de dinero ingente que equivalen al gasto de algunas partidas presupuestarias, como la de Ciencia. Me refiero sobre todo a futbolistas, constructores, artistillas, hermanitos y algún que otro caradura. (…) así que tenemos lo que nos merecemos, los mejores clubes del mundo y una de las peores ratios en premios Nóbel, 7 de 770 (compárense con los 77 de Reino Unido). Pensemos porqué premiamos a los ignorantes, a los iletrados. No es porque lo generen, hasta los más ínfimos descubrimientos de la Ciencia reportan mayores beneficios al sociedad que las patadas de los galácticos, las entonaciones de algún experto personaje o los amoríos de vete a saber qué primo de la hermana de alguno.”


Tranquilo, hombre. La pandemia sobre la gripe aviar que se avecina nos la van a resolver Ronaldo y Ronaldinho con sus goles y cabriolas.


“Mi hermana de 24 años sufrió hace un año un e de tráfico. Por supuesto la culpa era de alguien que llevaba exceso de velocidad. Resultado: una costilla y un esternón rotos, una importante hemorragia interna y un problema neurológico que la mantendrá con dolores de cabeza permanentes. Pero llega el momento de hacer justicia y compensar de alguna manera el daño físico sufrido (el daño moral no se puede). Como resultado: la médico forense, que examinó a mi hermana en diez minutos, decide obviar todos los informes y la juez, sólo tener en cuenta el de esta última. Cuatro mil euros de indemnización para una chica que ha tenido que dejar de estudiar, que no puede salir sola y cuyo dolor de cabeza la mantiene casi todo el día en la cama. Gracias a la forense por sus diez minutos y gracias a la juez”.


Seguro que quien causó el e está más contento que unas nueces celebrando que no le pasó nada. Y es que, además de médicos y jueces incompetentes y amorales, encima la suerte está muy mal repartida.


“Todos los años se habla del síndrome postvacacional que sufren algunos trabajadores al volver al trabajo y yo me digo: ¡qué suerte tengo! Pues como soy ama de casa (o algo así), no tengo vacaciones y no me puedo deprimir… Y, además, como mi trabajo no está reconocido como tal, tampoco se sufre estrés, mobbing, burning ni ná de ná. ¡Y qué suerte no tener un jefe que te acose! Además no puedes llevarte el trabajo a casa porque, evidentemente, ya lo tienes dentro. Pero no todo va a ser bueno y también se sufre síndromes de esos. Yo de lo que sufro es de síndrome ante-vacaciones. Me explico: a finales de junio, cada año, se me ponen los pelos como escarpias sólo de pensar que durante el verano mis hijos no comerán en el colegio y estarán todo el día en casa, que me pasaré el tiempo diciéndoles que apaguen la Game Boy, que no vean tantos dibujos y que hagan el libro de vacaciones. Claro que iremos a la playa, a la piscina y a otros lugares, pero mientras mi marido y mis hijos se relajan, yo sigo haciendo lo de cada día, porque siempre habrá algo que hacer para mí. Por eso, en septiembre empiezan mis vacaciones.”


Las amas de casa deberían tener un sueldo. Algunos políticos demagogos y embusteros también suelen afirmarlo en campaña electoral pero luego, cuando suben al poder, tararí que te vi. Y no sería nada difícil: o el Estado paga directamente, o si no hay dinero, se legisla que, al menos el 40 ó 50 % del sueldo del marido debería pasar a su mujer, en pago por su currelo en casa.

martes, 11 de octubre de 2005

LOS TONTOS DE LA NACIÓN

Con el lío que nos traemos por las Españas con el coñazo del Estatut catalá, que recoge la aspiración de los politicastros de aquellas tierras de que se las reconozca como nación, salen ahora mis primos del Partido Andalucista por estas tierras de acá y –aprovechando que cumplen 40 años de no se sabe qué- quieren exigir que en el nuevo Estatuto de Andalucía también aparezca el eslogan de moda en este otoño/invierno: “Yo soy una nación, tralarí, tralará, tralaró”.

Que por las Cataluñas estén dando la tabarra con semejante ordinariez, pues vale, pues de acuerdo, la masturbación política para quien se la trabaja y esas cosas. Los pesados de turno llevan con la misma cantinela algo así como un siglo y alguna vez habrá que darles con las puertas en las narices o permitirles que cojan el dinero, corran y nos dejen en paz. Pero que en la Andalucía en que quemo mis pestañas circulen por las bambalinas politiqueras unos cuantos tipos (que no se representan ni a sí mismos y que caben en un taxi) dándole al manubrio con el dichoso término de “nación”, ya es para mear y no echar gota.

Así que cada vez los ciudadanos que sólo aspiramos a que los políticos cuatreros que nos gobiernan intenten resolver problemas tan banales como la carestía de la vivienda, la sequía, una sanidad sin colas eternas, una educación eficaz y en paz, una mínima seguridad en la calle y otras bagatelas por el estilo, tenemos que aguantar a estas alturas del peliculón que sólo se dediquen a tocarnos la entrepierna con eyaculaciones sobre “nuestra identidad” (¡tu padre!), “nuestros derechos históricos” (¡ostras, Pedrín) o estupideces por el estilo como organizar todos los doce de Octubre un desfile militar a ritmo de corneta.

Un inciso: sólo así se comprende que –por ejemplo- estén más preocupados estos golfos en cambiarle el nombre al hospital Carlos Haya de Málaga (porque al parecer el nombre se refiere a un aviador franquista, al que no conoce ni la madre que lo parió) que procurar hacer la vida más agradable al paciente que acude a consulta, a sacarse sangre o a realizarse unas pruebas, el cual tiene que realizar una espera en la sala de ídem de una o dos horas, eso sin contar la de meses que lleva haciendo cola hasta que le toca el turno para acudir a las mismas. Mientras el dedo mira a la luna, el imbécil mira al dedo. Pues eso les pasa a estos políticos del desamor hermoso.

Retornando a la memez en que se han instalado algunos, resulta que el Partido Andalucista ha celebrado el 40 aniversario de su nacimiento. Y el principal reto de su desconocido e ignoto secretario general es el siguiente: “Quiero ser el secretario general que lleve a Andalucía a ser denominada como nación en su Estatuto de Autonomía”. Dicho y hecho: desde su afirmación de Montilla-Moriles, es que las calles están a rebosar con miles y miles de personas que claman a grito pelado que Andalucía es una nación chin-pón. Pero, ¿quién es Julián Alvárez, ese secretario particular del PA, a quién no conocen ni sus vecinos? ¿Es que basta con que a una cofradía de amiguetes –por mucho que vivan de la política- se les ocurra cualquier tontería para que la misma se convierta en norma? ¿Pero con quién cuentan estos déspotas, aparte de con sus obtusas mentes calenturientas?

Y para que se vea que todo se copia y se pega, menos la hermosura, el mismo ínclito personaje (al que sus compadres aplaudieron hasta con las orejas) se soltó acto seguido la siguiente perla: “El Partido Andalucista es el partido que lidera a esta tierra”. Si siendo cuatro gatos y teniendo seis votos, el señorito Álvarez es capaz de sentirse tan importante, no quiero ni pensar lo que diría/haría de tener personal en el partido como para llenar un autobús y obtener en unas elecciones la mayoría absoluta. Miedo me da. Pero dijo algo todavía más estrambótico: “El Partido Andalucista no es de sus dirigentes ni de sus militantes, sino de Andalucía”. ¡Toma del frasco, Carrasco! Claro que lo que en realidad quiso decir, pero no se atrevió (cosa que sí hacen sus camaradas vascos y catalanes, más acostumbrados a estas felonías) es que “El Partido Andalucista ES Andalucía”. No lo dijo, pero se le adivina.

El resto de las cositas que acompañó a los postres son las típicas de estas cencerradas: egolatría (“España necesita un PA fuerte”), obviedad (“del pasado hay que aprender”), simpleza (“no se puede renunciar a nada”) o estupidez (“quiero ser el líder andaluz que con más claridad defienda los derechos históricos de esta tierra”).

Por favor, os lo suplico, no nos defendáis tanto, dejad en paz esos derechos históricos que no están escritos en ninguna parte, abrid el pico sólo para comer langostinos o pan con tomate y, sobre todo, intentad hacer algo útil por el gentío que para eso cobráis una buena pasta. Yo me conformo con tener el agua garantizada hasta el 2007 o no tener que esperar 6 meses para hacerme un escáner en el Hospital Carlos Haya, cuyo único problema es que tiene un nombre muy feo por lo que hay que cambiárselo. Naturalmente por el de un político. Y así hablan de ponerle "Blas Infante", el padre de la "patria" andaluza. Todo queda en casa, aunque la pobre esté sin barrer, sin fregar y amenazando ruina.

viernes, 7 de octubre de 2005

HISTORIA COSTUMBRISTA



¡La de cosas que cambian con el paso de los años! Hace ya varias décadas era norma común entre los progres y modernos de entonces (casi todo el mundo) que lo de hacerle el agujerito en el lóbulo de la oreja a la niña iba contra la lógica de los tiempos. Si quería hacérselos para llevar unos pendientes, que ella misma decidiese cuando fuese mayor. ¿Por qué a las futuras mujeres había que taladrarles obligatoriamente la oreja y a los machotes no? Así pensaban muchos por aquellos barros, que ahora han alcanzado categoría de cenagal, pero en la dirección contraria.

En la actualidad, no sólo sigue percutiendo el taladro en las mozas, sino en los mozos. Y no sólo en el lóbulo orejil sino en cualquier parte: labios, ombligos, lengua y todo lo que pueda ser agujereado. Oiga, y la gente que pierde el culo por tatuarse (otra modalidad pero en plan pictórico) o hacerse agujeritos a gogó, aunque queda mucho mejor si le llamamos a la cosa con el horrible nombre de piercing.

-Papá, me he hecho un piercing en el pezón derecho.

Y el papá, que es muy antiguo y de la vieja escuela que no quería agujeritos ni en el culo, pone el grito en el cielo y se caga en el padre que contribuyó a parir a la niña.

No hay nada que hacer, papaíto. Ya eres un carcamal. Los vientos de la historia y de la moda te han barrido y cosa será que no te obliguen encima a que tú también te hagas un agujerito en cualquier lugar de tu cuerpo ya poco serrano.

-¡Y una mierda!

Encima, maleducado, como todos los que teneis cincuenta o más años, niños del franquismo, demócratas tardíos, ensoñadores de la nada. No, si cuando a la niña se le inflama la lengua, no veas lo que suelta por la sin hueso.

Y tú qué vas a hacer, agachar la cabeza porque con tu protesta estás poniendo en peligro la psique de tu hija, estás coartando su libertad y encima estás haciendo el panoli porque los dineros del invento los has puesto tú. Que no te enteras, carcamal, que ahora se lleva lo del tatuaje y el piercing, que es muy bonito eso de tener un lindo dibujo en la piel (no, por favor, no le llames “cagada”, no seas bruto), que jamás se borrará en la vida salvo que se suelte mucha pasta o se pase las de Caín. Y lo de tener un trozo de metal (no, porfa, no digas que es un trozo de “hojalata”) taladrando unos bellos labios o una lengua o un moflete es lo más in que se puede echar uno a la cara. Si será moderno que no hay ni un pobre subsahariano que vaya con piercing o con tatuaje. Lo que demuestra que pertenecen a una civilización muy antigua. Eso te suelta la niña cuando le dices que parece una india o una salvaje. Y tú, que sabes que históricamente sólo las sociedades cavernícolas y retrógradas le han dado al triki-triki del dibujo en la piel y el agujereamiento, encima te tienes que callar porque es que la niña hace 4º de ESO y ya se cree que es catedrática de historia.

En fin, chaval, que eres hombre muerto. Tu estética está pasada de moda (la piel, con las arrugas que da la vida, pero limpia, lozana, sin dibujos, manchas ni pus). Agujeros, los imprescindibles, que para eso la Naturaleza es muy sabia. Pues, sí, vejestorio, lo llevas claro.

-No os entiendo, capullos. Sois más blandengues que un flan y en cambio aguantáis el dolor que haga falta para poneros un dibujo o un agujero en el cuerpo. Y encima, si la cosa fuera bonita… ¿Pero a quién le puede gustar tener un clavo en la boca o un trozo de metal en la nariz?

Al día siguiente, a la niña le entró un dolor de teta que no veas, se le puso como si acabara de parir y el papuchi tuvo que salir de prisa y corriendo con ella a la clínica de guardia más cercana. De regreso, no dijo nada. Compró la pomada que recetó el médico, pagó con su dinero y dejó a la hija enganchada al televisor, que todo lo cura y oculta. Aquella noche ni durmió de los nervios de ver a su criatura pachucha. La chavala tampoco dijo nada. Se puso a ver Operación Triunfo y se quedó frita la puñetera.

martes, 4 de octubre de 2005

ECLIPSAO Y DEPRIMÍO

Ayer, con el eclipse de sol que tuvo lugar y que tan bellamente fue visto en parte de la península ibérica, ya pocas cosas nos quedan por ver.


Lo peor es que también las neuronas se le han eclipsado a más de uno. Juan Puñetas, un suponer. Así que llega el martes y anda uno dándole a la tecla sin que salga nada potable. De modo que habrá que recurrir a la cultura, je, je, para que nos eche una mano salvadora. Y qué mejor que un par de citas largas de un libro estupendo que, entre col y col, entre Estatut y Estatut, estoy leyendo en estos días. Me refiero a “El libro de los abrazos”, de Eduardo Galeano, escritor que frecuenta mi biblioteca, especialmente en aquellos momentos en que quiero deprimirme un poco. Aconsejo esta terapia porque es la mar de saludable. Así, sale luego uno al mundanal ruido y a la calle y se encuentra con que el impacto ambiental y social le provoca menos quebraderos de cabeza y contrariedades de lo previsible. Con Galeano uno se entrena perfectamente para estas lides. No es ironía. Es pura y exacta realidad.


Aquí van los dos fragmentos indicados. Que usted se deprima bien, casual o recurrente lector.


El sistema

Los funcionarios no funcionan.
Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza enseñan a ignorar.
Los jueces condenan a las víctimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policías no combaten los crímenes, por que están ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.
Es mas libre el dinero que la gente.
La gente está al servicio de las cosas.

Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cantaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino numero.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.